Las marcas de gafas de ciclismo siempre han tenido un gran dilema frente a una problemática muy definida, la cual se podría sintetizar en una pregunta: ¿Qué alternativa ofrecer para combatir a los contantes cambios de luz? Esta es, sin lugar a dudas, una de las cuestiones más recurrentes dentro del sector durante muchos años.
Nadie niega que la inclusión de las lentes transparentes fue un gran avance en el mercado, ya que posibilitaron a los riders poder disfrutar de las prestaciones de las gafas en condiciones climatológicas más adversas como lluvia o días nublados, puesto que facultaba su visibilidad a la vez que protegía sus ojos. A pesar de esta mejora, el problema expuesto en las primeras líneas continuaba estando presente, porque las lentes transparentes eran ideales para días nublados o con lluvia, pero ineficaces para los soleados, mientras que las gafas de sol se usaban únicamente para condiciones de intensidad solar elevadas, dada la imposibilidad de emplearlas en contextos donde los entornos fuesen oscuros por la falta de luz.
Finalmente, el cambio que marcó un antes y después fue el lanzamiento de una nueva tecnología en la tipología de lentes: los cristales fotocromáticos. ¿Por qué tuvo tanta relevancia esta aparición? Porque, por fin, se presentaba una solución eficaz en la que las gafas de ciclismo eran iguales de seguras y eficientes en días nublados y/o soleados, sin la necesidad de tener que intercambiar constantemente las gafas. A nivel práctico, se trata de unos cristales que se adaptan a la luminosidad ambiental que exista en cualquier espacio abierto. Es decir, la lente se oscurece más o menos, automáticamente, en función de la intensidad de los rayos; cuanto más sol, más se oscurece.
Además, de la gran ventaja mencionada, la incorporación de las gafas de ciclismo fotocromáticas aportó diversos puntos muy positivos como la posibilidad de resguardar mejor los ojos de los riders frente a los deslumbramientos característicos o la reducción de la fatiga que conllevan estos, protegiendo al máximo su visión. Asimismo, es muy útil durante todas las épocas del año, y más, cuando se producen variaciones de tiempo inesperadas.
Si no has probado nunca una gafa de ciclismo fotocromática, te recomendamos que la pruebes y compruebes, de primera mano, el salto cualitativo que supone. En este sentido, seguidamente, te mencionamos algunos de los modelos más demandados por el momento:
Las gafas Paradiso EASSUN sobresalen por su lente grande, repelente al agua y fotocromática de CAT 0-3, su nasal adaptable a las singularidades de cada nariz y su sistema de ventilación antivaho innovador, el cual se realiza a través de la adhesión de orificios en su montura. Idónea para ciclismo, con un peso neto de, exclusivamente, 37 gramos.
2) Gafas de Running Fartlek EASSUN, Fotocromáticas, Ajustables y Ligeras
Las gafas Fartlek EASSUN destacan por su lente pequeña periférica, repelente al agua y fotocromática, su nasal adaptable a las dimensiones individualizadas de cada nariz y su sistema de ventilación innovador incorporado: la Tecnología Airflow® . La falta de spoiler arriba y abajo del accesorio ayuda a que sea una gafa ligera con un peso neto de 27 gramos. Idóneas para cualquier deportista que practique cualquier disciplina de running.
Las gafas Giant EASSUN están confeccionadas por un único cristal cilíndrico fotocromático de gran tamaño y antideslizante. Además, cuenta con un nasal adaptable, el cual se ajusta a las medidas determinadas de cada nariz. Su diseño dispone de la tecnología Airflow®, la cual evita que se genere empañamiento en la lente. Asimismo, se recomienda su utilización para ciclismo.
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